Aseguradoras no registradas

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Recuerdo que hace más de treinta años -mientras cursaba mi MBA y hacía una especie de práctica en el Departamento Internacional de Cigna- me sorprendió en Nueva York comprobar que las aseguradoras y reaseguradoras extranjeras no registradas en el Estado podía libremente vender seguros sin ninguna restricción. Su única obligación de informar que, efectivamente, no estaban registradas y entonces el cliente podía tomar su decisión comprándoles o no y asumiendo un cierto nivel de riesgo, ya que no estaba supervisadas por el Departamento de Seguros del Estado.

Como es obvio, estas aseguradoras estaban supervisadas, como en todo el mundo, por la entidad competente de sus respectivos países, muchas veces tan o más eficiente que el neoyorquino, qué es uno de los más exigentes en los Estados Unidos. también se daba el caso de aseguradoras domiciliadas en paraísos fiscales cuya supervisión no era la ideal; pero todo esto lo sabía el cliente y tomaba su decisión y asumía los riesgos inherentes al caso.

En nuestro país, las personas y empresas pueden comprar seguros en el extranjero (una concesión que tuvo que hacer a principios de los noventa el gobierno de Fujimori al Banco Internacional de Desarrollo durante las negociaciones para la reinserción en la comunidad internacional), pero está prohibido venderlos, lo que es, a todas luces, absurdo, pero la Internet y el uso de ciertos artilugios legales hacen que algunas aseguradoras extranjeras vendan seguros, sobre todo de vida, en el Perú,lo que afecta a las compañías locales en la colocación de los suyos, en especial en los sectores A y B. ¿Por qué hay personas que compren seguros empresas no registradas en la sbs? Por la sencilla razón de que son más baratos y las aseguradoras extranjeras, como es de esperar, están supervisadas -muchas veces con más eficiencia que aquí- en sus propios países, en Estados Unidos la mayoría.

La mayor parte de ejecutivos y accionistas de nuestras compañías de seguro son defensores del libre mercado, pero, como suele ocurrir, en otros casos los principios se acaban cuando se afecta el bolsillo. Las razones que se arguyen son las de proteger al asegurado de compañías que les venden productos que más adelante no puedan honrar, pero esa es la misma lógica que se aplica cuando el Estado regula la compra de comida chatarra tan criticada por el sector neoliberal.

Como ya indiqué, una persona o empresa que compre un seguro a una compañía extranjera tendría que ser informada de los riesgos que asume y no creo que sea necesario el Estado la obligue a comprar en el mercado peruano. Creo que ha llegado la hora de dejar de proteger a nuestra industria aseguradora y que esta enfrente de la competencia que tienen los otros negocios. Las consecuencias serán similares a las que tuvo la baja de aranceles y subsistirán las compañías de seguros que haga su trabajo profesional y eficientemente y las otras tendrán que liquidarse.

La globalización tendría que alcanzar a todos los sectores y una industria aseguradora competitiva sólo favorecerá a los usuarios, como ha ocurrido en los otros negocios en que no solo hay otros productos que antes no se conseguía, sino que son de mejor calidad y menor costo.

Publicado en el diario Gestión, Lunes 25 de enero del 2016

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